El
museo Jorge Oteiza, obra póstuma del arquitecto Francisco Sáenz
de Oiza, es un gran cubo de hormigón rojizo. El tratamiento del hormigón
de los muros exteriores se han realizado con pigmento JENSEN SI-22 a base
de veladuras de color o transparencias, enriqueciendo la superficie tratada
sin cubrir el soporte a diferencia de la pigmentación en negro de los
muros de la urbanización. La pigmentación del interior se realizó
por medio de veladura multicolor en cuatricromia, dando apariencia de una
piedra o mármol, por efecto del color sobre el hormigón.